Vives en la cumbre del desastre.
Te arrancas los dedos para no sentir,
te llaman puta mal habida,
te vistes como monja de día,
te pones trajes exóticos en la oscuridad.
Dicen que te gusta la buena vida.
recorres túneles de sosiego,
haces protestas en silencio,
cargas cuchillos en los ojos,
persigues a aquel que te quito lo más sagrado.
Divagas entres espacios mundanos,
enbellezas tu mente de alcohol antes de decir la palabra perfecta.
Conocen en detalle cómo mueves las caderas,
las caricias sucias se vuelven pesadillas sin molestia.
Ya no sabes cuantos rasguños tienes tatuados en tu cuerpo.
Recoges las basuras que otros dejan al salir de tu puerta.
Tu piel está muerta,
tu vestido rojo ya no hechiza,
las ojeras en tus ojos describen tu cansancio,
tus manos arrugadas gritan que no quieres tocar más cuerpos sudados.
Tu sombra está afligida.
Mujer de vida alegre, alegre no es tu vida.
Tus capullos han huido del escándalo que has creado.
En tus ojos llueven miserias.
Maldices las putas camas que tocan tus nalgas,
maldita es tu hipocresía.
Que vas a hacer ahora con tus lamentaciones en vano?
con tus nudos marcados,
con tus pies atados a una obligación que tu misma creaste.
Eres títere de aquellos reinos negros.
Buscabas una libertad,
pero terminaste excavando tu propia cárcel.
Cadáver viviente,
te dejas llevar por la codicia,
por los billetes verdes.
Ciega tu cabeza,
pues aún sigues caminando en calles de mala muerte
como un espanto ferviente.