Yo no sé de letras,
no sé de métricas ni mucho menos de reglas.
Yo no sé de literatura,
me falta la gramática
y hasta aveces me salen dudas.
Yo no sé de caballos mágicos,
pantanos grises y árboles matices.
Mis lobos están feroces, hambrientos
y quieren salir.
El cristal está arrugado
las letras han tocado mi puerta
pidiendo golpes sagrados.
Ojos envilecidos,
labios de oropel,
sueños mutilados,
seguiré escribiendo hasta que mis lobos
calmen el sosiego de comer aire blanco.
Pararé de escribir el día
que mis lobos se vuelvan veganos.
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