Se dice que la literatura emergente nació alrededor de los 80, más sin embargo ha cogido gran apego en el mundo literario en los últimos tiempos. La literatura emergente da cabida a que nuevos autores expresan sus obras de maneras alternativas, dejando a un lado el conformismo y la continuidad de seguir un proceso de producción, edición y publicación. Con esto no estoy desacreditando a las grandes editoriales o compañías publicitarias ni mucho menos a aquellos escritore(a)s connotados. Solo me gustaría que tengamos en cuenta que el propósito de la literatura emergente es simplemente darles un espacio a aquellos escritores nuevos para que presenten sus obras de diferentes maneras ya sea por vídeo, por redes sociales, libros hechos a mano, digitales, libretas o simplemente en una hoja.
Nos podemos poner a hablar sobre problemas infinitos que traen las editoriales importantes por sus grandes regímenes o las editoriales independientes por carencias financieras u otras o por los escritores de primer oficio, por aquellos con un sin número de diplomas literarios o por aquellos que solo les gusta escribir y se conforman con hacerlo (en esa categoría caigo yo). Pero la realidad es otra. Es como si a veces perdiéramos el sentido y el enfoque de lo más importante, escribir. Tenemos mucha calidad escondida, muchas voces apagadas por el miedo al qué dirán, por el miedo a no sentirse lo suficientemente bien en lo que se hace, por la frustración de no saber por dónde empezar, por el miedo a infinitos rechazos. ¿Entonces qué hacer? ¡Sigamos escribiendo!
Muchos expertos de la literatura tal vez puedan percibir la literatura emergente como algo “diferente” o que no está acorde a las reglas e ideologías de dicho ámbito. Yo diría que escribir no tiene reglas (más que las de ortografía). Entonces apoyemos a aquellos escritore(a)s que le brindan una chispa de novedad, imaginación y perspectiva al mundo literario.
¿Te animarías a compartir tus obras literarias?
¡Me encantaría leerte!